jueves, 28 de septiembre de 2017

Leyenda # 51: Jerga andaluza: un gesto de incultura (Titulo no oficial del autor original)

Yendo a ninguna parte, me encontré el otro día con un grupo de personas, convocadas por Nación Andaluza, que se manifestaban en contra del Canal Sur porque no promocionaba el habla andaluza, tal y como exige su ley de creación. Siempre he sido muy reacio a la campaña "Habla bien, habla andaluz" y, en general a cualquier tipo de política lingüística que vaya más allá de la consideración de la lengua como un derecho individual. La inmersión lingüística. la obligación de denominar a las empresas en el idioma oficial, la prohibición de comercializar objetos con palabras extranjeras (...) y otras técnicas similares, que priman lo colectivo sobre lo individual, me producen rechazo, por más que se trate de disposiciones empleadas en países de gran raigambre democrática, como Cataluña, Québec, Francia...

Sin embargo, ese día estaba especialmente dispuesto a cambiar de opinión, como el náufrago que en medio de la tormenta descubre su fe, porque llevaba media mañana navegando por las tiendas de Granada en busca de unos pantalones de determinada marca, sin más resultado que las continuas negativas de empleados, pronunciadas con una impecable dicción castellana (...). Además ha sido un mes en el que, dando tumbos por Andalucía, se me han acumulado las anécdotas sobre el particular: en Málaga, sorprendido porque todos los alumnos de una escuela de hostelería hablan fino, le pregunté al director por la causa de la masiva presencia de castellanos y me respondió que la mayoría eran andaluces pero que se esforzaban por "hablar bien"; en Cadíz, una locutora de radio pública me comentó que. cuando empezó a trabajar, hace unos diez años, le obligaron a desprenderse de su seseo...

Cuatro anécdotas y una manifestación son demasiado, incluso para un recalcitrante antiprohibicionista como yo, así que de pronto tomé conciencia de que algo habría que hacer para defender el andaluz.

Desde luego , mi conversión  no ha ido tan lejos como para pedir que las oposiciones se puntúe más a quien habla andaluz. Ni siquiera llego a pedir que se fomente el andaluz en los medios de radiodifusión (no vaya a ser que eso impida la llegada de profesionales foráneos), pero si me gustaría que los poderes públicos ayudaran a extirpar lo que es un muy difundido estereotipo  y que está en la base de los comportamientos que he citado: el acento andaluz como prototipo  de pocos educados, pueblerinos, socialmente inferiores; algo, por tanto, que es mejor no usar cuando se esta ante extraños.

Ahí  es donde puede echar una mano Canal Sur. Aunque el grueso de la tarea es responsabilidad de todos los andaluces y consiste en quitarnos de encima cierto complejo de inferioridad que todavía mantenemos frente a los que hablan fino. Se trata, simplemente, de seguir la receta que dio Gonzalo de Berceo hace ya más de 700 años: no hay que  avergonzarse de usar el román paladino, que es como "suele el pueblo fablar a su vecino".

Texto sacado de una actividad para un examen de selectividad.

 Periódico: Diario El País.
Fecha de la publicación: 25-01-2002

Este articulo no pertenece al autor. Lo que se ha querido conseguir tan solo es compartir y disfrutar de este maravilloso articulo donde se habla del rechazo al hablar en andaluz por las empresas. En ningún momento se ha querido copiar o robar el contenido o idea del autor original. En caso de queja, será eliminado inmediatamente.



 

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